CHILE: justicia libera a soldados bolivianos
El gobierno de Sebastián Piñera enfrentó durante un mes una crisis internacional de proporciones tras haber arrestado a tres soldados bolivianos que cruzaron la frontera con Chile, armados.
El caso creó un fuerte enfrentamiento a nivel presidencial, totalmente innecesario, considerando que el caso hubiera durado unas horas de haber sido los militares expulsados inmediatamente. Sin embargo, se decidió iniciar un proceso judicial ordinario que mantuvo el caso abierto por más de 30 días, con fuerte presencia mediática y con acusaciones constantes del presidente Evo Morales contra la situación que Chile había creado con los jóvenes militares.
Los soldados habían rechazado varias fórmulas de negociación a cambio de su libertad, declarándose inocentes de los cargos. Finalmente aceptaron una fórmula que los liberó y expulsó a Bolivia, con prohibición de volver a Chile en un año. Fueron recibidos como héroes en Oruro.
El caso se produjo cuando la patrulla boliviana aparentemente cruzó la frontera mientras perseguían a contrabandistas de automóviles, siendo arrestados por policías chilenos.
El presidente Evo Morales criticó constantemente el tratamiento dado a los soldados, al que calificó de “venganza” del gobierno de Piñera por la posición de Bolivia de defensa de su posible salida soberana al mar a través de territorio chileno. También calificó a los soldados como “rehenes políticos“, y comparó su “encierro” con la falta de acceso al mar “durante 134 años“. Asimismo, tras la liberación de los soldados, el presidente Morales señaló que el gobierno chileno debiera pedirles “perdón“. El gobierno defendió su accionar, explicando que los soldados habían recibido un tratamiento de acuerdo a derecho.
El caso representa un fuerte debilitamiento de la política exterior de Piñera en las relaciones con Bolivia, y que lejos de aliviar, profundizó la discusión que se produjo sobre el tema marítimo durante la última reunión de la CELAC en Santiago a principios de este año.
El caso deja a las relaciones bilaterales entre Chile y Bolivia al más bajo nivel de los últimos años. Como lo señaló la ministra de Comunicación de Bolivia, Amanda Dávila, “las relaciones con Chile están en punto muerto entre tanto esté el Presidente Piñera en el gobierno. No existe posibilidad de acercamiento ni de diálogo por las tensiones que se han producido, no de ahora, sino desde el momento en que el Presidente Piñera entra al Gobierno e interrumpe una relación de acercamiento que se estaba dando entre los dos países con el gobierno de Michelle Bachelet”.
Esto se une al proceso pendiente por la frontera marítima de Chile con Perú que se encuentra en la Corte de La Haya, resultado que puede provocar un nuevo foco de conflicto en el Cono Sur.